THE MOON AND THE NIGHTSPIRIT – Aether (ALBUM REVIEW)

THE MOON AND THE NIGHTSPIRIT – Aether (ALBUM REVIEW)

Por .:G_Radaghast B.P.

Recuerdo que a mediados de los noventa surgió con mucha fuerza, entre la explosión de géneros y subgéneros derivados del rock y del metal, una corriente un tanto más subterránea, que unía la música ambient con la música folk y medieval del centro y norte de Europa, pero ejecutada – por decirlo así – con un sentimiento o convicción más rockera u oscura. Hablo de bandas como Elend, Ataraxia o Autumn Tears, que fueron agrupadas bajo el género del Dark Ambient, etiqueta que si bien te da una idea aproximada sobre la música que ejecutan, es bastante imprecisa.

De cualquier modo, si bien este estilo gozó de cierta popularidad a fines de los noventa, volvió a las catacumbas del under durante un buen tiempo, manteniéndose popular sólo en sus países de origen, cobrando paulatinamente reconocimiento bandas con un sonido más tribal o “pagan folk”, encontrándose en este caso The Moon & The Nightspirit.

Originarios de Békéscsaba, Hungría, este dúo compuesto por Ágnes Toth ( Voz, teclados, instrumentos folk, percusiones, violín) y Mihály Szabo (voz, guitarra, bajo, instrumentos folk) tienen 17 años de trayectoria y 6 álbumes editados, con una amplia participación en festivales y shows en Europa. El disco que nos atañe hoy es el séptimo de su carrera, habiendo lanzado antes los siguientes lp: “Of Dreams Forgotten and Fables Untold” (2005), “Regő Rejtem” (2007), “Ősforrás” (2019), “Mohalepte” (2011), “Holdrejtek” (2014) y “Metanoia” (2017).

La música desarrollada por este dúo es bellísima, de exquisita factura tanto técnica como compositiva, la voz de Agnes es la adecuada para este género logrando ser dulce, altiva o imponente cuando las letras así lo desean. Sus líricas en general abordan los tópicos propios del género: fábulas y leyendas folklóricas, textos propios de la magia Wicca, etc. El arte gráfico de cada uno de sus álbumes es increíblemente bello, digno para coleccionar en vinilo.

Si bien sus primeros tres álbumes se enfocaban principalmente en canciones folk con instrumentos de ese tipo, voces limpias y estructuras más dinámicas y pastorales, desde el disco “Mohalepte” iniciaron una ruta artística orientada al dark ambient, con melodías más etéreas, sonidos atmosféricos y canciones ceremoniales más solemnes.

Si bien “Holdrejtek” supuso un balance entre ambas vetas – el dark ambient y el pagan folk – con su siguiente disco “Metanoia” volvieron a inclinarse más por el primero, creando temas más atmosféricos y con Agnes cantando menos líricas en beneficio del uso de melismas (técnica de cambiar la altura musical de una sílaba de la letra de una canción mientras se canta. A la música cantada de esta forma se la conoce como melismática, como opuesta a silábica, en la cual cada sílaba del texto está emparejada con una simple nota).

De esta suerte, el álbum que nos presentan ahora – y que fue lanzado este viernes 19 de junio a través del sello Prophecy Records – se podría interpretar como la consolidación de la recalibración estilística de la banda hacia los senderos del dark ambient, mostrado en los discos señalados anteriormente, lo que incluso puedes apreciar al sólo ver el arte de la tapa, con tres seres de naturaleza etérea emergiendo de una neblina sosteniendo cada uno una constelación. Tan es así que el mismo Mihály se ha referido a este álbum como un “hito en la historia de la banda”.


En efecto, desde los primeros segundo del tema que le da título al álbum, “Aether”, los sintetizadores oníricos, el arpegio en guitarra acústica que permanecerá como telón de fondo durante el resto de la álbum, unas notas en piano y la voz melismática de Agnes son señales inequívocas de la vocación ambient del dúo en este disco. Lentamente surgirán de la nada percusiones tribales, cencerros y gritos y susurros “chamánicos” de Mihály, al tiempo que los sonidos de fondo presentan progresiones melódicas. Agnes utiliza brevemente su violín no para extraerle melodías sino gemidos, y así se van sumando detalles hermosos que convierten este primer track en una gran canción y que estira la alfombra para el resto del opus.

Es innegable para cualquier banda de este estilo la influencia de Dead Can Dance, en especial de sus álbumes “Within the Realm of a Dying Sun” (4D Records, 1987), “Into the Labyrinth” (4D Records, 1993) y “Spiritchaser” (4AD Records, 1996). A su vez la voz dulce de Agnes y su versatilidad vocal recuerdan a Elizabeth Fraser de Cocteau Twins.


“Kaputlan Kapukon Át” (“Through the Gateless Gates”) presenta la misma estructura celestial de fondo pero posee mayor dinamismo con una batería tradicional, proactiva y marcando acentos que ascienden hasta llegar al climax final de la canción. Las voces de ambos realzan el contraste entre los gritos de fondo de Mihály y las delicadas melodías vocales de Agnes. Aparecen secciones de piano, violín mientras en toda la extensión del track nos acompaña un mantra en guitarra acústica. Notable.


“Égi Messzeségek” (“Celestial Distances”) presenta una melodía de piano intrigante, capas de sutiles melismas de Agnes y sonidos de trompes, cencerros y una batería. El dúo es hábil en mantener la tensión durante el desarrollo del tema, donde nuevamente escuchamos la interacción entre la voz angelical versus los llamados a los elementos de Mihály. Esta vez no hay progresión melódica, manteniéndose todos los instrumentos en plan mantra. “A Szárny” (The Wing) añade además del clásico inicio de sintetizador y guitarra acústica, sonidos de guitarra eléctrica y trompe, en una canción más dinámica gracias también a la batería que los acompaña y que por estas características resulta ser una continuadora de “Kaputlan Kapukon Át”.

“Logos” resulta ser más etérea aún en comparación a los tracks anteriores, exhibiendo una afinidad al electro ambient, surcados por los susurros vocales alargados de Agnes. Se oyen trompes filtrados con efectos, teclados, ruidos de la más variada gama, en un tema pausado, como de transición. Las líricas, traducidas nos recitan esto:

“Let my flesh be fertile soil,

my bones the pillar of heavens,

Let my laughter be the golden Dawn,

my sigh the purple Twilight.

Let my eye be the silver Moon,

my embers the flame-coloured Sun,

Let my heart be the eternal source,

my blood the soothing stream of Life.”

“A Mindenség Hívása” (Call of the Infinite) sigue el esquema ya señalado: sintetizadores de fondo, melodías repetitivas en guitarra y piano, cencerros aunque la batería y percusión ahora marcan un patrón estático. Las voces de ambos dialogan en la forma antes dicha, razón por la que llegados a este punto, la verdad sea dicha, se resiente cierta monotonía.

La aparición del violín y de un arpegio en guitarra eléctrica devuelve la atención al disco pero su aparición es demasiado breve. Finalmente, “Asha” posee un arranque principalmente acústico que nos retrotrae a los primeros tres discos de la banda, aunque con la “nueva” dirección vocal de Agnes, alargando más las notas por sílaba. Su violín hace una bella aparición, flotando sobre la base de batería y guitarras acústicas. La canción se detiene abruptamente para, luego de unos segundos de silencio, oírse unos efectos, poniéndole la lápida al disco.


Como habrán podido apreciar, nos enfrentamos a un disco bellísimo, repleto de buenos arreglos y detalles que te hacen sumergirte en su propuesta, sin embargo luego de llegar a los últimos tracks tiende a cansar la repetición constante del mismo patrón instrumental. La escasa variación de las voces de ambos tampoco ayuda a distinguir una canción de otra, lo que orilla a “Aether” en caer en el riesgo de ser de esos álbumes que eliges para acompañarte en determinados momentos, más que para disfrutar con todos tus sentidos centrados en él. Ahora bien, si decides profundizar tanto en éste como en sus anteriores trabajos, con un poco de paciencia, tu recompensa será grande y placentera.

Género: Dark Ambient/Pagan-folk
Fecha de Lanzamiento: 19 de junio de 2020
Sello: Prophecy Records

Calificación: 8,5 / 10

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.:G_Radaghast B.P.
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